Su Historia...
Me llamo Andrea Quintanilla, tengo 34 años. El 30 de diciembre de 2020 me diagnosticaron leucemia linfoblástica aguda, prácticamente como un “regalo” de Año Nuevo, pues el 31 corríamos entre análisis y búsqueda de sangre, olvidándonos incluso de la cena familiar. Cuando el doctor me dijo que no podían operarme, sentí que debía contener las lágrimas frente a mi mamá
Mi mayor motivación para luchar fue mi hermanito, mi adoración. En medio de fuertes crisis de ansiedad que me hacían temblar, pensar en él me dio la fuerza para seguir adelante.
Mis síntomas comenzaron con moretes inexplicables, cansancio extremo y un sangrado menstrual que no se detenía. El ginecólogo creyó que eran miomas y habló de una cirugía, pero los análisis previos confirmaron lo que realmente tenía: leucemia linfoblástica aguda.
Preguntas y Respuestas
¿Cómo comenzó y cuándo supiste del diagnóstico?
Noté síntomas como moretones, fatiga intensa y sangrado persistente. Tras varios estudios y análisis, se confirmó el diagnóstico y comencé el tratamiento con el acompañamiento de mi familia.
¿Qué te ayudó a decidir el plan de tratamiento?
La opinión de mi equipo médico, el soporte de mi familia y la información clara sobre riesgos y beneficios. La paciencia y la confianza fueron claves en el proceso.
¿Cómo fue el tratamiento y qué aprendiste del proceso?
Fue un camino largo con retos físicos y emocionales. Aprendí a manejar la ansiedad, a celebrar pequeños avances y a mantener la esperanza en cada etapa.
