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Pérdida de cabello durante el tratamiento oncológico

Cuando alguien escucha que un ser querido va a iniciar quimioterapia, muchas preguntas cruzan por la mente. Pero casi siempre, entre las primeras, aparece una que parece menor frente al diagnóstico: ¿se le va a caer el cabello?

No todos los medicamentos de quimioterapia causan caída del cabello; depende del tipo y la dosis del tratamiento.

No todos los medicamentos de quimioterapia causan caída del cabello; depende del tipo y la dosis del tratamiento.

Por Abigail Sanchez

09/06/2025

La pérdida de cabello es una de las manifestaciones más visibles del tratamiento contra el cáncer. Y aunque no afecta a todos los pacientes ni con todos los fármacos, tiene un impacto profundo en la percepción del cuerpo, en la identidad y, muchas veces, en la forma en que el entorno responde ante la enfermedad.

¿Por qué sucede?

La razón por la que el cabello se cae durante la quimioterapia no está en la intención del tratamiento, sino en su falta de selectividad. La quimioterapia está diseñada para atacar células que se dividen rápidamente, una de las características distintivas del cáncer. Pero esa velocidad no es exclusiva de los tumores: también la tienen las células del folículo piloso, especialmente las de la raíz del cabello, que se renuevan de forma constante. En otras palabras, el tratamiento no distingue entre lo maligno y lo regenerativo. Solo ve rapidez, y ataca.

No todos los fármacos quimioterápicos producen este efecto. Algunos actúan de manera más dirigida, o tienen una menor capacidad para cruzar ciertas barreras biológicas, como la de la piel o el cuero cabelludo. Además, la intensidad de la caída varía según la combinación de drogas, las dosis administradas y la duración del tratamiento. Mientras que en unos casos apenas se afina el volumen del cabello, en otros puede llegar a caerse por completo en cuestión de dos o tres semanas.

La quimioterapia debilita los folículos pilosos, lo que provoca que el cabello se caiga temporalmente.

La quimioterapia debilita los folículos pilosos, lo que provoca que el cabello se caiga temporalmente.

La ciencia conoce bien este proceso. Al microscopio, se observa cómo las células matrices del folículo piloso entran en una especie de "crisis" dejan de multiplicarse, se inflaman, y con ello se interrumpe la producción normal de queratina. El cabello pierde su anclaje y se desprende. A veces, la caída se acompaña de sensibilidad en el cuero cabelludo, una molestia que muchos pacientes describen como una mezcla entre picor y ardor.

Pero también hay esperanza. La alopecia por quimioterapia suele ser reversible. Una vez finalizado el tratamiento, en la mayoría de los casos el cabello comienza a crecer de nuevo, aunque no siempre como era antes. Puede volver más fino, más rizado, más claro… o incluso más fuerte.

En los últimos años, la medicina ha comenzado a desarrollar formas de mitigar este efecto secundario. El más conocido es el uso de los casquetes fríos: dispositivos que enfrían el cuero cabelludo durante la infusión de la quimioterapia, con el objetivo de contraer los vasos sanguíneos locales y reducir la cantidad de fármaco que llega a los folículos. No funcionan para todos los tratamientos, ni en todos los pacientes, pero en muchos casos logran conservar buena parte del cabello.

La quimioterapia causa caída del cabello porque ataca células de rápido crecimiento, como las del folículo piloso.

La quimioterapia causa caída del cabello porque ataca células de rápido crecimiento, como las del folículo piloso.

Para quienes lo atraviesan, la caída del cabello es más que un síntoma: es una señal externa de un proceso interno profundamente íntimo. Una forma visible del combate silencioso que se libra en lo más profundo del cuerpo. Por eso, muchas veces, lo que más duele no es la pérdida en sí, sino el reflejo que devuelve el espejo. Por eso también, cada hebra que vuelve a crecer no solo es pelo: es símbolo. Es cuerpo que se reconstruye. Es biología que insiste.