Esta enfermedad puede presentarse en diferentes formas, siendo las más comunes la leucemia linfoblástica aguda y la leucemia mieloide aguda. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado son fundamentales para mejorar el pronóstico de los pacientes.

Sus causas exactas aún no se comprenden del todo, pero se han identificado factores de riesgo que incluyen alteraciones genéticas, exposición prolongada a radiación ionizante, ciertos productos químicos como el benceno, tratamientos previos con quimioterapia o radioterapia, y algunas enfermedades hereditarias (como el síndrome de Down). También existen formas de leucemia sin causa identificable, lo que subraya la complejidad de su origen.

Uno de los tratamientos más efectivos para ciertos tipos de leucemia es el trasplante de médula ósea, también conocido como trasplante de células madre hematopoyéticas. Este procedimiento consiste en reemplazar la médula ósea enferma del paciente por células madre sanas, ya sea del propio paciente (trasplante autólogo) o de un donante compatible (trasplante alogénico).

Es un procedimiento terapéutico que permite restaurar la función hematopoyética mediante la infusión de células madre sanas.

En Bolivia, el Dr. Ariel Amaru, oncohematólogo y director médico de Oncoclinic, ha sido pionero en la implementación de trasplantes de médula ósea. Desde 2017, ha liderado el programa de trasplantes en el país, realizando procedimientos tanto autólogos como alogénicos. Gracias a su labor y al cumplimiento de estándares internacionales, Bolivia ha sido reconocida en el registro mundial de países que realizan trasplantes de médula ósea.

A nivel internacional, los avances en el tratamiento de la leucemia han sido significativos. En 2024, España alcanzó un récord histórico con 3.844 trasplantes de médula ósea, siendo la leucemia la indicación principal en el 35% de los casos. Además, se han desarrollado nuevas terapias, como el obecabtagene autoleucel, una inmunoterapia CAR-T aprobada por la FDA en noviembre de 2024 para adultos con leucemia linfoblástica aguda de células B recidivante o resistente a otros tratamientos.

El futuro de la lucha contra la leucemia no depende solo de la ciencia, sino también de la voluntad colectiva de garantizar que cada paciente, sin importar su origen o condición económica, tenga acceso a diagnósticos oportunos y terapias efectivas. Apostar por la vida implica invertir en salud, en educación y en sistemas que no dejen atrás a quienes más lo necesitan.