La obesidad se ha convertido en un factor clave en el desarrollo de al menos 13 tipos de cáncer. Conoce cómo el exceso de peso afecta la salud y qué medidas pueden prevenir consecuencias graves.
Obesidad y Cáncer
Por Oncoclinic
16 julio, 2025
En las últimas dos décadas, el número de muertes por cáncer relacionadas con la obesidad se ha triplicado en Estados Unidos, según un reciente estudio presentado en el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Endocrinología. Esta alarmante tendencia refleja una realidad que también afecta a muchos otros países occidentales, incluida Bolivia, donde el sobrepeso se presenta desde edades tempranas y representa una amenaza creciente para la salud pública.
¿Qué tiene que ver la obesidad con el cáncer?
La obesidad ya no es vista únicamente como un problema estético, sino como una enfermedad crónica que influye en múltiples sistemas del cuerpo. Hoy sabemos que el exceso de peso corporal aumenta el riesgo de desarrollar al menos 13 tipos distintos de cáncer, incluyendo los de mama (en mujeres posmenopáusicas), colon, útero, ovario, hígado, riñón, páncreas y mieloma múltiple, entre otros. Además, la obesidad está estrechamente vinculada a enfermedades no oncológicas como la diabetes tipo 2, hipertensión, problemas cardíacos y trastornos metabólicos.
El impacto es mayor en mujeres y adultos mayores
Según los datos analizados, el aumento en las muertes por cáncer relacionadas con obesidad afecta especialmente a mujeres, personas mayores, comunidades rurales y grupos étnicos vulnerables. Estos sectores de la población presentan una mayor prevalencia de obesidad y, por lo tanto, un riesgo superior de complicaciones oncológicas y metabólicas.
Cancer y Obesidad
Obesidad: más que un número en la balanza
Aunque el índice de masa corporal (IMC o BMI por sus siglas en inglés) es una herramienta útil, no siempre refleja con precisión el riesgo real de un paciente. El tipo de grasa (especialmente la abdominal), la edad a la que se comenzó a ganar peso y la presencia de alteraciones metabólicas juegan un papel fundamental. Estudios recientes revelan que muchas personas con un IMC aparentemente normal ya presentan signos de obesidad metabólica silenciosa.
Una epidemia global que empieza en la infancia
La Organización Mundial de la Salud ha advertido que la obesidad está alcanzando niveles epidémicos, incluso en niños. La alimentación poco saludable, el sedentarismo y los hábitos de vida actuales han disparado esta condición desde edades cada vez más tempranas, lo que se traduce en una mayor incidencia de enfermedades crónicas en la adultez.
La obesidad como factor modificable
Lo más esperanzador es que muchos de estos cánceres relacionados con la obesidad son prevenibles. Se estima que hasta un tercio de los casos de cáncer podrían evitarse adoptando hábitos de vida saludables: alimentación equilibrada, ejercicio físico regular, abandono del tabaco, moderación en el consumo de alcohol y control del peso.
El enfoque correcto: tratamiento integral y sin estigmas
Luchar contra la obesidad no se trata solo de fuerza de voluntad o dieta estricta. Requiere un abordaje integral, empático y multidisciplinario. Médicos endocrinólogos, nutricionistas, psicólogos y especialistas en actividad física deben trabajar en conjunto para ofrecer soluciones personalizadas que permitan a cada paciente recuperar su salud y prevenir complicaciones mayores.
Conclusión:
La obesidad es uno de los grandes desafíos sanitarios de nuestro tiempo. Su vínculo con el cáncer y otras enfermedades graves es claro, pero también lo es la posibilidad de prevenir sus consecuencias con intervenciones oportunas. La clave está en la información, la prevención y el acompañamiento médico continuo.